Performance

Yo es que ya no estoy para pérdidas de tiempo.

Ni soy artista, ni sé de literatura, ni me confieso intelectual. Ahora bien, soy público, y sé cuándo me están entreteniendo y cuándo me están tomando el pelo. Una improvisación es algo abierto a todos, sin dueño de la cámara ni, si me apuras, dueño del garito, ni jefe ni director ni artistas Honoris Causa. Si alguien es el que manda, ¿qué libertad váis a tener para crear?

Entiendo la crítica a la sociedad actual, a Operación Triunfo y al racismo que nos rodea. Pero, por favor, egocentrismo, ya más no, ¿eh? Un tío con una peluca, tarareando la misma canción de siete minutos tres veces seguidas, o más, media hora, no es arte. Es una paliza. Luego no me digáis que el arte es de todos, porque no pienso creeros.

Yo no sé quién es ése señor, ni me importa. Lo que sí sé es que no me fui por respeto a todos los demás. Y que el poco público que había entrado, se largó con viento fresco. Allí sólo se quedó el cámara y su familia de él, probablemente.

¡Pero zi ez que oz he vizto hacer cozaz muy bellaz!

Zi ez que había en aquel garito mucha gente de la muymázcreativa de Zalamanca.

Podéis leer en alto, que os sale bien... incluso lo que habéis escrito. Cortad naranjas y espachurradlas en post-its que pongan crisis, crisis, crisis. Podéis tocar la guitarra o hacer algo constructivo, creativo y que no desperdicie vuestro potencial. ¡Intentad quemar huevos en el suelo!

Podéis improvisar de puta madre, que os he visto.

Podéis improvisar de puta madre.

Podéis improvisar.

Podéis.