NO os vais a creer lo que me acaba de pasar.
Estaba yo hiperaburrida en mi despacho, a ratos transcribiendo vídeos, a ratos leyéndome Ciudadanos del mundo, de Adela Cortina, para la tesis, cuando decidí que ya eran casi las ocho y que me bajaba a comprarme un poleo-menta, porque no entendía nada, y tampoco se lo podía preguntar a nadie.
Oía aplausos, a todo esto, desde el despacho, y me preguntaba qué narices estaría ocurriendo abajo, si ya no había ni Dios en la facultad...
Je, je. Había, había. Habemus Dios en la Facultad.
Al llegar a la planta baja, me asomé a la puerta del salón de actos y... Atiza. No me lo podía creer. Allí estaba Adela Cortina in personam, fuera del libro, dando tan pancha una conferencia que iba... ¡De lo mismo! Yo miraba a los que estaban a mi alrededor alucinando, pero allí nadie parecía sorprederse. Eso sí, no había ni un solo estudiante o profesor de Traducción. Eran todos de Filosofía, y alumnos de secundaria que venían a las Olimpiadas.
Balance y conclusión de la curiosa coincidenca: ahora tengo apuntes y un resumen del libro que me estaba metiendo a cucharaditas forzadas en el despacho, explicado por la propia autora. Y le he hecho una pregunta sobre su aplicación a la Traducción y la Intepretación. Joder, si lo llego a saber lo grabamos para interpretarlo. Yo no entiendo por qué no hay más comunicación entre las facultades.
Hubo un momento al final un tanto chungo, cuando le preguntaron por lo de los condones y el Papa. Ella contestó otra cosa. Le volvieron a preguntar. Volvió a decir lo que le dió la gana, que no tenía nada que ver con eso. Decidí que era el momento de echarle un cable, aunque sólo fuera porque es Adela Cortina... Levanté súbito la mano (a Dios, encima de que te hace el favor de descender a charlar contigo, no se le pregunta más de tres veces por el gilipollas del Papa) y solté lo primero que se me ocurrió y buenamente me salió con voz temblorosa para que se fuera el debate por otros derroteros, a saber, lo importante que era el voluntariado en la formación también a nivel universitario y mi preocupación por la nueva asignatura de Deontología de la Traducción que implantarán el año que viene con Bolonia, y, perdónenme si pregunto algo muy básico, pero ¿no deberían tener los traductores e intérpretes, y probablemente todos los profesionales, además de una base deontológica, una ética de la profesión?
Joder, si no lo sabe ella, no lo sabe ni Dios. Eso, y perdónenme también por haberme colado en su ponencia. Yo no soy de Filosofía; pasaba por aqui (es nuevo para mí, esto de no ser de Filosofía, normalmente lo que no soy es de Filología, en esta ciudad).
Mi pregunta suscitó varias respuestas, y se olvidaron del Papa.
En cuanto al susodicho y los condones y el Socialismo Católico, lo único que puedo decir ahora, a posteriori, es que nadie es perfecto. Susan George tiene poca paciencia, Mona Baker se nos radicaliza, Michael Jackson se acuesta con niños y Adela Cortina cree en Dios. Ignoro si le ayudé, aunque estoy convencida de que hubiese podido salir del apuro ella solita bastante bien. Tiene gracia: yo estaba de acuerdo al 100% o al 500% con los preguntones, pero me pareció infinitamente más ético en aquel momento el permitirle a la invitada salir del paso con elegancia; una cosa es la ética y otra muy distinta la cordialidad y la buena educación.
Y sí, me hice una fotico. No suelo ser tan pelota, ni me gusta pedir autógrafos ni ser fans (parafernalias y necesidades y monas aparte). Adela Cortina y Susan George son las dos únicas excepciones; da gusto poder hacerlo porque símplemente te sale, te da la gana. Y es que crecemos; nos hacemos demasiado mayores. No puedo prometer que no volveré a hacer algo así de vomitivo jamás, porque con Chomsky y Arundhati Roy también tengo yo algo pendiente...
Thursday, March 26, 2009
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