Anda que no soy tonta ni nada.
Primero, por creerme las milongas que me cuentan algunos.
Después, por llevar cuatro días angustiada por politiqueos de mierda y, hasta que no pasa algo realmente malo, no me doy cuenta de lo gilipollas que soy.
Y, ahora, me siento tal que ASí.
Si es que es el tópico de siempre:
Lo importante es LA SALUUUUUUD.
La salúz.
Si no hay salúz, no hay nada.
Que venga todo por ahí, y nos dejen la salúz.
Donde haya salúz...
Que no perdamos la salud.
Larga vida, amigos.
Salud.
Tuesday, November 25, 2008
Monday, November 24, 2008
Si te mojas estás muerta
Si te mojas, estás muerta.
Las piernas enterradas en la arena hasta la cintura.
Sube la marea.
Por el momento, sólo salpican las gotas, de lejos, en plena cara.
La luna es quien manda.
La naturaleza humana, como si fuese un estudio sociológico.
La locura colectiva de las pequeñas gotas que nunca habían sido fuertes.
La luna lo sabe, y las protege, como una leona que arrasa para enseñar a sus cachorros.
Ya no entiende la dferencia entre el bien y el mal.
Es luna, no es persona.
La hermana ola que arrastra y se deja llevar por su propia fuerza.
Muchas gotitas. Es su oportunidad.
Subirá, llegará. La marea.
¿Hasta dónde me sumergirán las olas?
No puedo moverme.
Estoy tranquila.
Mi conciencia me deja dormirme, así, de pie, en la playa.
Por el momento no llegan a donde estoy, sólo salpican.
¿Cuántas olas más?
¿De qué calibre?
¿Hasta cuándo?
¿Hasta dónde?
Cierro los ojos para no enterarme hasta que ocurra.
Intento en vano desenterrar mi cuerpo sin perder la calma y no angustiarme.
Si te mojas, estás muerta.
Las piernas enterradas en la arena hasta la cintura.
Sube la marea.
Por el momento, sólo salpican las gotas, de lejos, en plena cara.
La luna es quien manda.
La naturaleza humana, como si fuese un estudio sociológico.
La locura colectiva de las pequeñas gotas que nunca habían sido fuertes.
La luna lo sabe, y las protege, como una leona que arrasa para enseñar a sus cachorros.
Ya no entiende la dferencia entre el bien y el mal.
Es luna, no es persona.
La hermana ola que arrastra y se deja llevar por su propia fuerza.
Muchas gotitas. Es su oportunidad.
Subirá, llegará. La marea.
¿Hasta dónde me sumergirán las olas?
No puedo moverme.
Estoy tranquila.
Mi conciencia me deja dormirme, así, de pie, en la playa.
Por el momento no llegan a donde estoy, sólo salpican.
¿Cuántas olas más?
¿De qué calibre?
¿Hasta cuándo?
¿Hasta dónde?
Cierro los ojos para no enterarme hasta que ocurra.
Intento en vano desenterrar mi cuerpo sin perder la calma y no angustiarme.
Si te mojas, estás muerta.
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