Wednesday, April 16, 2008

Vier Minuten

Hala todos, a bajarse o alquilar Vier Minuten.

Os dejará con ganas de tocar el piano, cambiar el mundo, o lo que sea que despierte vuestras pasiones más pornográficas.

Que sepáis que es vuestro deber tocar el piano.

Si no, os vais a quedar mancos.

Os pasarán cosas peores, asimismo:

Se os va a caer la polla a cachos, y acabaréis en la cárcel después de haberle cortado a la cabeza a vuestro violador.

Y sólamente os podrá salvar la vieja de El Orfanato hablando en alemán, en el preciso momento en el que os haga tragaros ése papelito y os obligue a hacerle una reverencia.

Ya sé que esto no tiene mucho sentido, tal que así.

A ver la peli todos, pero ya.

Bisous.

Tuesday, April 15, 2008

Atonement

The days grow longer and warmer and better.

So do other things in my life. Such as my sight and my common sense.

And a mole over my left eyebrow, which is also starting to come of age.

I've bought an eight-day pass for the eight-day-long subtitled films series which happens to occur perhaps only twice a year in this godforsaken city.

This means I have to see them all, whether I like them or not. At least they could be worse: Mio Fratello è Figlio Unico, Atonement, Vier Minuten, Dialogue avec mon jardinier, Death at a Funeral, Irina Palm, Ensemble, c'est tout, Once.

Atonement is one of those heart-stabbing movies I seldom put myself at the risk of seeing anymore. How I cried.

Mio fratello I adored. Go see it.

Bisous.

Abre los Ojos

Me acabo de despertar de una pesadilla.

Abría los ojos y había un tío del SCIC en el laboratorio que le decía a mis niños de cuarto que la simultánea requería los mismos esfuerzos que la consecutiva, pero 'en más rápido'.

Y a los niños de Conchita también se lo decía.

Luego soltaba un 'en base a' y se quedaba tan pancho.

Sólo que en mi pesadilla el hombre no sabía decir 'esfuerzos' y lo llamaba 'lo que'.

Lo que se necesita para ser intérprete.

En la mitad derecha de la pizarra, 'lo que' él llamaba 'la conseca' en un intento de colegueo rejuvenecedor. En la mitad izquierda, la simultánea.

Igual que la conseca, pero más rápida.

Yo gritaba que según Gile, Collados, Pöchhaker, Hurtado y hasta según Felipe González aquello no tenía ni pies ni cabeza, pero estaba muda y no se me oían los ojos.

Yo gritaba cosas sobre la selección de contenidos y los peligros de la autoevaluación (¡ya lo repetía Martin hasta la saciedad en los cursos de doctorado!) y la didáctica y Kelly y la educación en valores y los chavales. ¿Quién se acuerda de los chavales?

¿Quién se acuerda de los chavales que estudian algo para lo que les estoy diciendo que NO valen y NUNCA tendrán trabajo?

Y lo digo y lo repito y no se me cae todavía la cara de vergüenza.

Sólo lograba que me escuchase Elena, pero no compartía mi opinión en absoluto, entre otras cosas porque esta vez nadie había pagado la comida.

Y yo me iba de su despacho cabizbaja, pero sabiendo que dejaba a mis espaldas a una gran intérprete.

Elena no compartía mi opinión, pero aceptaba mis besos. Yo se los daba sin darme cuenta, en realidad.

Luego me refugiaba en el despacho, sin Belén, porque se había ido a la Gran Manzana, y llamaba desesperada a mi director de tesis. Él sí me comprendía, lo que pasa es que además me convencía de cosas, de 'lo que' y tal, y eso me hacía pensar que quizás me estaba comprendiendo de mentirijillas. Además, hacía demasiadas preguntas sobre quién manejaba qué, en mi sueño. Por eso yo le contestaba a medias y tapaba mi escote con el teléfono.

Recurría entonces a Manu, que acababa de volver de la montaña. ¿Eres feliz? ¡Pero si lo tienes todo, Manu! ¿Qué te falta?

Y no me atrevía a decírselo, 'lo que' le faltaba. A decirle que todas las chinas son como todos los chinos, Claudio. Que no hay solución posible, imbécil. Escoge una y reprodúcete. Ya naciste, ya creciste. Desaparecerás, hubieses desaparecido, después, otra vez, como las cucarachas.

Aterrada, acudía al chat de gmail. Ya eran las seis y media de la mañana. Acababa de sonar el despertador de la Era Tesisuda. Sólo estaba Jose, traduciendo. Me decía que me quería, y yo sabía que en ése momento era verdad, pero luego ya no, y antes tampoco. Me decía que le ha vuelto a pasar con la nueva como con todas.

Yo le aconsejaba que leyese a Alexandre Jardin, creyéndome a pies juntillas mis palabras.

Porque si dejas de creer, Jose, te encuentras en el aeropuerto de Shanghai.

Dios existe sólo para el puto gilipollas que se lo cree. Las flores, lo mismo.

Y por fin aparecía alguien que me hacía sonreír durante cuatro meses.

Pero yo no podía contárselo a nadie, sólo porque la gente es muy mala.

Sólo por eso.

Wednesday, April 9, 2008

Just a month

Holy crap, has it really been three months?

I'm sorry...

Not that I thought you were all waiting for another post or anything... I am aware that you are busy people. Some of you are in Naples and then you will travel to Senegal for three weeks.

I love you, wherever you are.

And I want you to know I am happy. I haven't written in ages because I just haven't found the right time, or the right thing to say.

All I can tell you for now is that I'm happy and working. I've been spending a fair amount of time in Paris (darling easy Easyjet... and cheap, too), I've also been in Angers representing the Uni of S. thanks to an Erasmus staff mobility programme. All paid for by the E.U. I have been teaching the adorable Angeritos who study Translation there.

I returned the day before yesterday and casually rejoined the belly-dancing class, asking, 'What have you girls been doing this month?' thinking I hadn't seen them since before the holidays.

I was flabbergasted to realise it had been longer than that.

Just imagine.

Give me a few days to get my act together, and I'll be back.

Besitos.