Monday, July 16, 2007

an exit to eternal summer slacking

A las 00:05 cojo un mítico tren a Hendaya al que le quedan dos telediarios.

Podía haber ido a Avignon en avión, en bus, o en las dos cosas. Podía haber dormido en Barcelona. También hubiese podido llevar maleta con ruedas, en vez de mochila montañera, o preparar con tiempo el itinerario.

Me he despertado tarde, he metido en la mochila lo que consideraba necesario para acampar 5 días, teniendo en cuenta, como siempre, los también míticos consejos de Chris, y me he dirigido a la estación de tren. Así, tal cual, sin llamar a Renfe siquiera.

- Puedes ir por Barcelona, pero tienes cara de no llevar mucha prisa. Y hay un tren mítico a Hendaya al que le quedan cuatro días.
- ¿Cuatro días de verdad, o es que lo quitan dentro de poco?
- Dicen que muy poco.
- O sea, dos telediarios.

Sonríe con nostalgia.

- Eso es.
- Pues me voy en el tren mítico y le doy las gracias, caballero.

Y, en sus ojos, a los cincuenta años, la ilusión de un niño pequeño. Igual que aquel señor que quería jugar con el avión de Air Taiwan.

Ay.

Estoy TAAAAAAAN contenta, joder.

Me siento algo culpable porque he mandado a mi madre a tomar por donde su propia colonoscopia. Pero es que le hacía falta ser más independiente. Y siempre puedo coger un avión de vuelta.

Esta noche, hacia Hendaya. Llego a las 7 am. Luego Toulouse, probably, y Montpellier, supongo. No creo que haya que pasar por Marsella? Ya veremos.

La verdad es que da igual por dónde.

No hacía esto yo sola, creo, desde hace un par de años. Y me hace mucha falta. Si vuelvo a estar con alguien, lovely people, please recordadme que no deje de viajar yo sola.

No permitáis que me vuelva Cosmo. Decidme que me vaya a Polonia, como aquella vez, un mes. O que haga interrail por Grecia e Italia. Sola.

Recordadme que sea libre, como ahora, que haga locuras.

Dentro de varios años quiero seguir siendo capaz de sorprender a Pilar, la bedela, veinte minutos antes de que cierren la facultad, apareciendo con mi mochila por el portalón para escribir la última entrada en el blog antes de irme a encontrarme a mí misma en un mítico tren a Hendaya.

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