Me he quedado, después del examen, como sin propósito.
Como había decidido no hacer nada este finde y parece que los astros no favorecen los encuentros amorosos, ni siquiera pagando o tragándose el orgullo, decidí ir a mi cafetería preferida a leer El Pais Semanal.
Así fue cómo me enteré de que el rey de Suazilandia, Mswati III, es el decimoquinto monarca más rico del mundo, mientras cerca de 70.000 huérfanos se las ingenian, en ése país, para sobrevivir acosados por el sida, la pobreza extrema y las sequías.
Este mes se llevó a cabo en el palacio real de Ludzidzini una ceremonia anual en la que decenas de miles de doncellas menores de 22 años bailan con los pechos descubiertos ante el monarca, que ya tiene 13 esposas y está en vías de conseguirse la decimocuarta.
También en EPS me enteré de que el señor Jacob Zuma, expresidente de Suráfrica, amigote de Mswati y también polígamo, declaró que la precaución que tomó contra el sida tras tener relaciones sexuales no protegidas fue ducharse después.
El tercero del club de amigotes, el presidente Mwanawasa de Zambia, donde las cifras del sida también están entre las más altas del mundo, declaró, durante la citada ceremonia: "La cultura que usted tiene aquí, majestad, es africana. No deje que el hombre blanco argumente que es una cultura primitiva y se la quite".
Esta noche voy a soñar que los 70.000 huérfanos entran en Ludzidzini, saquean las arcas del monarca y rescatan a los cientos de miles de doncellas de la prostitución.
Sunday, September 23, 2007
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